Composición:
Metildopa 250 mg ICU-VITA
Metildopa (como sesquihidrato).....250mg
Excipientes c.s.p. ..............................1 comprimido recubierto
Metildopa 500 mg ICU-VITA
Metildopa (como sesquihidrato).....500mg
Excipientes c.s.p. ..............................1 comprimido recubierto
Presentación:
Metildopa 250 mg ICU-VITA
Estuche conteniendo 30 comprimidos recubiertos
Metildopa 500 mg ICU-VITA
Estuche conteniendo 30 comprimidos recubiertos
Acción farmacológica:
Antihipertensivo, agonista alfa 2 adrenérgico. Estructuralmente relacionado con las catecolaminas, actúa reduciendo el tono simpático.
Farmacocinética:
Su biodisponibilidad luego de la administración oral es de 20-60%. Las concentraciones plasmáticas máximas se obtienen a las 3-5 hs. El tiempo preciso para que aparezca la acción máxima es de 5-6 hs. El grado de unión a proteínas plasmáticas es del 10-12%. Es metabolizado en el hígado y tracto gastrointestinal tanto la metildopa como la metildopamina (metabolito activo), son eliminados mayoritariamente con la orina 60â€"70% en forma inalterada. Su semivida de eliminación es bifásica ( inicial 1 ,3-1 ,6 hs) en la que se elimina más del 90% del fármaco (3,6hs en insuficiencia renal). Es eliminable mediante hemodiálisis o diálisis peritoneal.
Indicaciones:
Hipertensión arterial.
Contraindicaciones:
Hipersensibilidad conocida al medicamento. La metildopa está contraindicada en las enfermedades hepáticas tales como hepatitis aguda y cirrosis activa. Debe ser usada con cautela en pacientes con historia de enfermedad o disfunción hepática. La metildopa no se recomienda en pacientes con feocromocitoma.
Precauciones:
Anemia hemolítica adquirida rara vez se ha observado en el tratamiento con metildopa. Cuando haya síntomas que indican la posibilidad de anemia, se deben efectuar determinaciones de hemoglobina y hematocrito. Si se confirma la anemia, se debe investigar por estudios de laboratorio si hay hemólisis. La evidencia de anemia hemolítica es una indicación de suspender el tratamiento con metildopa. Esta interrupción o la administración de corticoides, normalmente ocasiona una rápida remisión de la anemia. Rara vez, sin embargo, han ocurrido casos fatales.
Algunos pacientes bajo tratamiento continuado con metildopa dan positivo el test de Coombs directo. La incidencia de este test positivo de Coombs según diferentes investigadores es de una media del 10-20%. Un test Coombs positivo aparece raramente en los primeros seis meses de tratamiento con metildopa y si no se encuentra antes de los 12 meses, no es posible que aparezca con la administración continuada. Este fenómeno está también relacionado con la dosis, ocurriendo la más baja incidencia en pacientes que toman 1 g de metildopa, o menos al día. Una negativización del test de Coombs positivo aparece semanas o meses después de la suspensión del medicamento.
Cuando surge la necesidad de una transfusión, el conocimiento previo de una reacción de Coombs positiva ayudará en la evaluación de la prueba de compatibilidad sanguínea. Los pacientes con test de Coombs positivo en el momento de la prueba cruzada pueden dar una respuesta cruzada menor incompatible. Cuando esto ocurre se debe practicar un test de Coombs indirecto. Si es negativo, la transfusión puede efectuarse con tal sangre, que es por otra parte compatible en la prueba cruzada mayor. Sin embargo si fuera positivo, la indicación de transfusión con sangre que es compatible en la prueba mayor debe ser determinada por un hematólogo o por un experto en problemas de transfusión.
En raros casos se ha observado una reducción pasajera del número de leucocitos, con efecto primario sobre los granulocitos. El número de granulocitos volvió rápidamente a la normalidad al suprimir el medicamento. Raros casos de agranulocitosis clínica se han observado. En cada caso el recuento de leucocitos volvió a la normalidad al suspender el tratamiento.
Ocasionalmente ha aparecido fiebre durante las tres primeras semanas con metildopa. En algunos casos esta fiebre estuvo asociada con eosinofilia o anormalidades en uno o más tests de función hepática, tales como fosfatasa alcalina sérica, transaminasas séricas (SGOT, SGTP), bilirrubina, floculación de cefalincolesterol, tiempo de protrombina y retención de bromosulftaleína. Ictericia con o sin fiebre, puede aparecer también, normalmente dentro de los primeros dos o tres meses de tratamiento. En algunos pacientes estos efectos están correlacionados con los de colestasis. Raros casos de necrosis hepática fatal se han señalado. La biopsia hepática realizada en algunos pacientes con disfunción hepática mostró una necrosis focal microscópica compatible con hipersensibilidad al fármaco. Una determinación de la función hepática, recuento de leucocitos y fórmula leucocitaria deben realizarse a intervalos durante las primeras 6-12 semanas de tratamiento o siempre que aparezca fiebre no justificada. Si aparece fiebre, anormalidades en las pruebas de función hepática o ictericia, el tratamiento con metildopa debe ser interrumpido. Si la temperatura y las anormalidades de la función hepática están relacionadas con la metildopa, al suprimir el fármaco, vuelven a la normalidad de un modo característico.
Raras veces movimientos involuntarios coreoatetósicos han sido observados durante la terapia con metildopa en pacientes con enfermedad cerebrovascular bilateral grave. Si aparecen tales movimientos, debe interrumpirse el tratamiento.
Embarazo y lactancia:
La metildopa se ha empleado bajo cuidadosa supervisión médica y obstétrica para el tratamiento de la hipertensión durante el embarazo, no encontrándose evidencia clínica de que causara anormalidades fetales o que afectara al recién nacido. La metildopa atraviesa la barrera placentaria y aparece en la sangre del cordón umbilical y en la leche materna. De todas maneras, para su utilización en mujeres que están o pueden quedar embarazadas o que podrían tener hijos con lactancia natural, se deben sopesar los beneficios con los posibles riesgos para el feto o el lactante.
Interacciones:
Cuando se usa la metildopa en combinación con otros fármacos antihipertensivos, puede presentarse potenciación de la acción antihipertensiva. Como con cualquier medicamento, los pacientes deben ser vigilados cuidadosamente para detectar efectos anormales de idiosincrasia ante el fármaco. Los pacientes pueden precisar dosis reducidas de anestésicos cuando están en tratamiento con metildopa. La hipertensión obsen/ada ocasionalmente luego de la diálisis en pacientes tratados con metildopa puede ser explicada porque el fármaco se elimina por este procedimiento. Como la metildopa puede producir fluorescencia en las muestras de orina a las mismas longitudes de onda que las catecolaminas, pueden registrarse concentraciones altas, pero falsas, de catecolaminas urinarias, esto puede interferir con el diagnóstico de feocromocitoma.
Litio: cuando la metildopa y el litio se administran en forma concomitante, el paciente debe ser monitoreado cuidadosamente para determinar síntomas de toxicidad con litio. Con inhibidores de la monoamino oxidasa puede causar crisis hipertensivas. Puede descender el efecto antiparkinsoniano de Levodopa. Los antisicóticos antagonizan la metildopa.
Reacciones adversas:
Las reacciones adversas debidas a metildopa han sido infrecuentes. Puede acontecer sedación, generalmente transitoria, puede ser obsen/ada durante el período inicial del tratamiento o cuando se aumenta la dosis. Esto puede ser una ventaja en pacientes ansiosos o aprensivos. La sedación desaparece normalmente después que ha alcanzado una dosis de mantenimiento efectiva. De un modo semejante, dolor de cabeza, astenia o decaimiento pueden aparecer como síntomas precoces pero pasajeros. Parestesias, parkinsonismo, movimientos involuntarios coreoatetósicos. Perturbaciones psíquicas incluyendo pesadillas, agudeza mental disminuida y psicosis leve, reversible o depresión. Ocasionalmente se han observado síntomas asociados con el descenso efectivo de la tensión arterial, tales como mareos, aturdimiento y síntomas de insuficiencia cerebrovascular. También se ha señalado empeoramiento del angor pectoris. Los síntomas de hipotensión ortostática son menores y menos graves que con otros antihipertensivos. Sin embargo, si aparecen síntomas, se debe reducir la dosis.
En ciertas ocasiones puede aparecer bradicardia, hipersensibilidad prolongada del seno carotídeo, obstrucción nasal, sequedad de boca y síntomas gastrointestinales, tales como distensión, estreñimiento, flatulencia y diarrea, pero generalmente se alivian disminuyendo la dosis. Naúseas y vómitos solo se han observado en unos pocos pacientes. Glositis se ha obsen/ado muy raramente. Pancreatitis e inflamación de las glándulas salivales también pueden presentarse a lo largo del tratamiento. Ganancia de peso y edemas aparecen muy rara vez y pueden mejorarse con la administración de un diurético tiazídico. Si el edema fuera progresivo o aparecieran signos de congestión pulmonar, la metildopa debe ser suprimida.
En raras ocasiones, cuando la orina está expuesta al aire, puede oscurecerse por descomposición de la metildopa o sus metabolitos. También rara vez se han obsen/ado hinchazón de mamas, lactación, hiperprolactinemia, amenorrea, impotencia, disminución de la libido, erupción cutánea, artralgia leve, depresiones. Trombocitopenia reversible también ha aparecido en raros casos.
Muy raramente síndrome pseudolúpico, erupciones eczematiformes, liquenoides, necrólisis epidérmica tóxica.
Se han descrito fiebre ocasional, relacionada con el fármaco, estudios anormales de la función hepática y lesión hepatocelular. Un aumento en el nitrógeno ureico sanguíneo (BUN), se ha obsen/ado en algunos casos. Se ha descrito un único caso de parálisis de Bell; sin embargo, no se ha establecido relación causal con la metildopa de un modo definitivo.
Posología:
El tratamiento comienza normalmente administrando 250 mg dos o tres veces al día durante las primeras 48 horas. Posteriormente la dosis diaria debe ser ajustada, preferiblemente a intervalos no inferiores a dos días, hasta alcanzar la respuesta adecuada. Una vez que se ha alcanzado la dosis efectiva, aparece un descenso tensional suave en la mayoría de los pacientes que se mantiene de 12 a 24 horas.
La dosis diaria recomendada de metildopa es de 500 mg a 2 g en dosis fraccionadas. Aunque algunos pacientes han respondido ocasionalmente a dosis más altas, no parece conveniente sobrepasar una dosis diaria máxima de 3 g.
Ancianos: dosis inicial 125 mg cada 12 horas incrementándose gradualmente (máximo 2 g por día).
En niños se recomienda una dosis inicial de 10 mg/kg de peso/ día repartidos en dos a cuatro tomas. La dosis diaria se aumenta o disminuye, posteriormente hasta obtener una respuesta terapéutica adecuada. La dosis máxima es de 65 mg/kg o 3 g al día, eligiendo la que sea menor.
Si con una administración de 2 g de metildopa no se puede mantener el control efectivo sobre la tensión arterial, se recomienda añadir al régimen un diurético tiazídico (por ej. Clorotiazida o Hidroclorotiazida). En este caso se debe vigilar cuidadosamente las modificaciones de la tensión arterial ya que se ha demostrado que las tiazidas complementan la efectividad de la metildopa. Para evitar un descenso excesivo de la tensión arterial, el médico puede elegir entre reducir la dosis de metildopa al 50% tan pronto como se añada la tiazida o continuar con la dosis completa de metildopa y añadir la tiazida en pequeños incrementos para determinar el efecto potenciador.
Intoxicación y su tratamiento:
La sobredosificación puede producir hipotensión y sedación excesiva. No existe antídoto específico. Si la ingestión es reciente, el lavado gástrico o el vómito provocado pueden reducir la absorción; si ha transcurrido algún tiempo, las infusiones pueden ayudar a promover la excreción urinaria. En todo caso, el tratamiento debe ser sintomático, con especial atención al ritmo y gasto cardíacos, volumen sanguíneo, balance electrolítico, í leo paralítico, función urinaria y actividad cerebral.
En caso de intoxicación llamar al C.I.A.T. (Centro de Información y Asesoramiento Toxicológico), Hospital de Clínicas, TeI.: 1722.
Conservación:
Conservar a temperatura ambiente (15â€"30)°C. Proteger de la luz.
Mantener fuera del alcance de los niños.
Control médico recomendado.